Una
noche que no recuerdo,
visité
el palacio de la locura.
Y
allí se quedó,
un
reflejo de mi alma.
Una
vez
vi a Hamlet
vi a Hamlet
brindar
en su cráneo
a
la salud de Ofelia.
Apuraba, divertido,
toda duda
toda duda
de
una copa de certeza.
Una
vez soñé el ayer
y
vi todos los mañanas,
y pinté
con el dedo
en alguna gruta
en alguna gruta
a
Dios en disfraz de serpiente,
tentado
por Adán y Eva.
Una
vez toqué el silencio
y
escuché el eco de la nada,
y recordé el réquiem mudo que
desde siempre
canta la muerte enamorada.
canta la muerte enamorada.
Una
vez me dijo la Luna
que
el Sol muere por ella,
que es cada ocaso
su lecho de amantes,
su lecho de amantes,
y
nace y muere un guiño de estrella.
Una
vez amé,
o
el amor quiso amarme.
Me regaló una ausencia,
una llaga,
una puerta.
una puerta.
Me recuerda
en cada espejo asombrado
en cada espejo asombrado
de que
allí quedó,
soñando,
un pedazo de mi alma.