martes, 16 de agosto de 2016

El palacio de la locura


Una noche que no recuerdo,
visité el palacio de la locura.
Y allí se quedó,
cosido a un espejo,
un reflejo de mi alma.

Una vez 
vi a Hamlet
brindar en su cráneo
a la salud de Ofelia.
Apuraba, divertido, 
toda duda
de una copa de certeza.

Una vez soñé el ayer
y vi todos los mañanas,
y pinté con el dedo 
en alguna gruta
a Dios en disfraz de serpiente,
tentado por Adán y Eva.

Una vez toqué el silencio
y escuché el eco de la nada,
y recordé el réquiem mudo que
desde siempre
canta la muerte enamorada.

Una vez me dijo la Luna
que el Sol muere por ella,
que es cada ocaso 
su lecho de amantes,
y nace y muere un guiño de estrella.

Una vez amé,
o el amor quiso amarme.

Me regaló una ausencia,
una llaga, 
una puerta.
Me recuerda
en cada espejo asombrado
de que allí quedó,
soñando,
un pedazo de mi alma.